Mi obsesión
Me declaro una apasionada de la observación del comportamiento humano. Siendo niña ya me preguntaba cosas como qué significa la forma de andar de cada persona y buscaba comprender por qué hacemos lo que hacemos.
En los últimos 15 años he aprendido de las figuras más relevantes en comportamiento no verbal, morfopsicología, inteligencia emocional, identidad y coaching, desarrollando las habilidades de observar, comprender y gestionar, que me han permitido mejorar profesionalmente, pero sobre todo me han acercado a otra forma de comunicar, así como de entenderme y entender a los demás.
El poder de la Observación
"No le entiendo aunque hablemos el mismo idioma", ¡Cómo me gustaría saber qué quiso decir con ese gesto!", "No sé, había algo raro en la conversación", "Al final, no sé cómo, acabamos discutiendo".
Las expresiones faciales, los rasgos del rostro, los gestos corporales y, por supuesto, el tono de la voz, tienen todos esos datos que necesitas para mejorar en tus relaciones, ya sean profesionales (sesiones, reuniones, entrevistas), o personales. Saber observar el comportamiento no verbal de la persona que tienes enfrente te ayuda a comprender mejor lo que está pasando en la conversación. Te ayuda a ir más allá de simples gestos.
Tres habilidades
Un proceso de comprensión profunda del ser humano
Observar
Una vez que aprendes a observar, a saber qué mirar, empiezas a captar mucha información, datos valiosos, pero hay que saber comprenderlos.
Comprender
Cuando hablamos de comprender los gestos, los rasgos del rostro o la postura de una persona, es un conocimiento más profundo que parte de entender los canales de comunicación, las emociones y los pensamientos.
Gestionar
Por último, es hora de tomar decisiones y de la búsqueda de soluciones.
Una vez que observas y comprendes qué significa lo que has observado, es hora de gestionar la situación, la conversación o las emociones de forma eficiente.
Al integrar estas habilidades en nuestra vida diaria, no solo transformamos nuestras conversaciones, sino que también iniciamos un proceso de crecimiento personal y profesional que nos lleva a conectar de manera más auténtica y profunda con el mundo que nos rodea.
Con la observación de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que pensamos, de cómo nos sentimos, contamos con la fuente de información más valiosa para llegar a la comprensión más importante: la de nosotros mismos.
-
Entenderás mejor la comunicación de la otra persona
-
Formularás mejores preguntas para establecer mejores conversaciones
-
Podrás expresar mejor aquello que deseas
-
Sabrás identificar cómo te sientes y será más difícil desbordarte por las emociones
Expresiones faciales y
gestos corporales
Sonreír, fruncir el ceño, sacar la lengua, mover una mano... Nuestro rostro y cuerpo se mueven constantemente transmitiendo gestos, posturas, expresiones emocionales. Todo está ahí, solo hay que saber observarlo.
Rasgos del rostro y temperamento
Los rasgos de nuestro rostro aportan información sobre nuestro temperamento. Escudriñamos el rostro de las personas intentando descubrir quién es y cómo suele comportarse.
Emociones, pensamientos e identidad
Nuestro cuerpo habla. Observamos expresiones faciales, gestos corporales, rasgos en el rostro, y todos tienen un origen: nuestras emociones, nuestras creencias y valores, nuestros pensamientos.
Mis cursos
Curso de Morfopsicología
Aprende a interpretar los rasgos faciales para obtener información valiosa sobre el temperamento y comportamiento de las personas. Conseguirás que tu forma de entender a los demás sea mucho más efectiva.
Curso de Comportamiento
no Verbal
Usamos todo el cuerpo para comunicar desde simples ideas, hasta emociones. Comprender qué hay detrás de las expresiones faciales, los gestos corporales y de la voz, te permitirá establecer una conexión más profunda con los demás y contigo mismo.
Y también
Curso de gestión del tiempo
Quizá te estés preguntando -o quizá no- qué hace un curso de gestión del tiempo aquí.
¿Alguna vez de has preguntado quién eres? Este curso se llama "Dime tiempo, ¿quién soy?", porque una vez que empiezas a entender tus gestos, tu rostro, tus emociones, es decir, empiezas a conocerte, quieres entender tu tiempo.
Dale un nuevo enfoque a tu gestión del tiempo: sólo conociendo tu identidad ante el día a día podrás conseguir una forma efectiva de gestionar tu agenda.
No se trata de hacer más en menos tiempo, si no de conocerte mejor. Por eso me gusta llamarlo "un curso de antiproductividad".