Conozco profesionales de Recursos Humanos que contratan según la mandíbula que tenga el candidato al puesto de trabajo. Espera ¿¡qué!? Lo que oyes.
¿Y sabes por qué? Porque se creen los mitos que hay por ahí fuera, como ese que dice que una mandíbula ancha es mejor trabajador. Sin comentarios.
Se trata de saber observar: qué observar y cómo observar.
De todas las tipologías que he estudiado -y créeme que son muchas- la más divertida ha sido la de Giovanni Battista Della Porta y sus estudios sobre el parecido de las personas con animales. Si tienes cara de buey, pues eres terco, pasivo, y poco inteligente. Y cosas así. Sin sentido alguno.
Bueno, yo prefiero investigadores como Paul Ekman o Louis Corman, con estas fuentes es donde me he formado. Y de esto es de lo que me gusta hablar.
Las expresiones faciales, los rasgos del rostro, los gestos corporales y, por supuesto, el tono de la voz, tienen todos esos datos que necesitas para mejorar en tus relaciones, ya sean profesionales (sesiones, reuniones, entrevistas), o personales, pero no con listados absurdos.
Saber observar los rasgos del rostro y el comportamiento no verbal de la persona que tienes enfrente te ayuda a comprender mejor lo que está pasando en la conversación. Te ayuda a ir más allá de simples gestos.
El poder de la Observación
Me obsesiona enseñar a obtener información del temperamento de las personas (mirando los rasgos del rostro) y del comportamiento no verbal (mirando los gestos de la cara y del cuerpo).
Rasgos de la cara. Gestos de las personas.
Esto nos lleva, sí o sí, a las emociones. Así que también mi obsesión es enseñar Inteligencia Emocional.
Enseño a convertir lo inconsciente en consciente. Nada más. Y nada menos.
De esta manera, tú puedes ver los rostros como nunca los habías visto antes. Puedes gestionar tus reacciones emocionales. Puedes comprender las reacciones emocionales de los demás.
Y ya si tu profesión es ayudar a otros, ni te cuento.
Puedes ENTENDER con mayúsculas. No digo entender, digo ENTENDER con mayúsculas, que es mucho más. Y esto también es mi obsesión.
Ahora bien, esto no sea para ti si
-lo que buscas es una herramienta sencilla que cosifique a las personas
-o crees que así podrás controlar a los demás. Créeme, eso no suele salir bien.
Tres habilidades
Un proceso de comprensión profunda del ser humano
Observar
Una vez que aprendes a observar, a saber qué mirar, empiezas a captar mucha información, datos valiosos, pero hay que saber comprenderlos.
Comprender
Cuando hablamos de comprender los gestos, los rasgos del rostro o la postura de una persona, es un conocimiento más profundo que parte de entender los canales de comunicación, las emociones y los pensamientos.
Gestionar
Por último, es hora de tomar decisiones y de la búsqueda de soluciones.
Una vez que observas y comprendes qué significa lo que has observado, es hora de gestionar la situación, la conversación o las emociones de forma eficiente.
Al integrar estas habilidades en nuestra vida diaria, no solo transformamos nuestras conversaciones, sino que también iniciamos un proceso de crecimiento personal y profesional que nos lleva a conectar de manera más auténtica y profunda con el mundo que nos rodea.
Con la observación de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que pensamos, de cómo nos sentimos, contamos con la fuente de información más valiosa para llegar a la comprensión más importante: la de nosotros mismos.
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Entenderás mejor la comunicación de la otra persona
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Formularás mejores preguntas para establecer mejores conversaciones
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Podrás expresar mejor aquello que deseas
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Sabrás identificar cómo te sientes y será más difícil desbordarte por las emociones
Y échale un vistazo a mis Cursos
Curso de Morfopsicología
Aprende a interpretar los rasgos faciales para obtener información valiosa sobre el temperamento y comportamiento de las personas. Conseguirás que tu forma de entender a los demás sea mucho más efectiva.
Curso de Emociones y Gestos
Usamos todo el cuerpo para comunicar desde simples ideas, hasta emociones. Comprender qué hay detrás de las emociones y las expresiones faciales, los gestos corporales y de la voz, te permitirá establecer una conexión más profunda con los demás y contigo mismo.
Y también
Curso de gestión del tiempo
Quizá te estés preguntando -o quizá no- qué hace un curso de gestión del tiempo aquí.
¿Alguna vez de has preguntado quién eres? Este curso se llama "Dime tiempo, ¿quién soy?", porque una vez que empiezas a entender tus gestos, tu rostro, tus emociones, es decir, empiezas a conocerte, quieres entender tu tiempo.
Dale un nuevo enfoque a tu gestión del tiempo: sólo conociendo tu identidad ante el día a día podrás conseguir una forma efectiva de gestionar tu agenda.
No se trata de hacer más en menos tiempo, si no de conocerte mejor. Por eso me gusta llamarlo "un curso de antiproductividad".
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